Queramos o no, nos guste más o menos, hay que ser conscientes de que se acerca la Navidad.
Desde finales de noviembre, todo empieza a llenarse de luces de colores, regalos, comidas, cenas, llamadas de teléfono, mensajes de felicitación, anuncios de colonias y promesas de amor eterno a toda la humanidad que nos van llevando a un estado de «buenismo» en muchos casos totalmente artificial, que a muchos provoca un estado de insatisfacción que les lleva a comer, beber y comprar sin saber muy bien el por qué pero que acaban haciendo compulsivamente por no parecer menos que el resto de los mortales.
Viendo que el espíritu navideño está bastante adulterado, es por lo que me he propuesto recuperar el que a mí me parece el verdadero y no volver a pasarlo de puntillas como otros años, a base de reenviar mensajes que me reenviaban muy bonitos pero vacíos de sentimientos, que igual podías mandar a un viejo conocido, como a tu tía octava sólo por parecer que estabas presente en sus vidas en esos días aunque el resto del año no cruzaras una palabra con ellos.
Por eso, me he tomado mi tiempo y he hecho una lista de personas que este año han sido importantes en mi vida; no sólo me refiero a familia o amigos a los que pienso felicitar, sino también a aquellos otros menos conocidos pero que han participado en muchas de las vivencias que he tenido y sin los cuales este año no habría sido posible.
De esta manera, espero poner mi granito de arena para que como dice la canción, se note que «Love is in the air» y aunque parezca una cursilada, demostrar mi agradecimiento y mi cariño a todos mis nominados del año y hacerles partícipes de mi espíritu navideño.
Por ejemplo, este año tan intenso laboralmente voy a felicitar a la señora de la limpieza de mi trabajo. No sólo porque me ha tenido la mesa como los chorros del oro y me ha vaciado hasta dos veces las papeleras al día, sino porque también me ha animado en días de cansancio, me ha tomado la temperatura como si fuera su hija cuando me he sentido enferma, hemos compartido sueños si nos tocara la lotería, risas, consejos sobre plantas, recetas de cocina y ha sabido pasar desapercibida cuando estaba concentrada, espero que así, sepa lo mucho que valoro su trabajo.
También a todos los conductores de autobús, metro y tren que me han llevado y traído sin un accidente durante todo un año y han hecho posible que llegara al trabajo, a recoger a mis hijos al colegio, al médico y a hacer recados. Con frío o calor, han sido el compañero silencioso de tantas horas de transporte. No sé los kilómetros que habré hecho en el año, pero han sido una parte fundamental de mi equipo para ir alcanzando las metas de mi día a día más fácilmente.
A los chicos de la cafetería donde tantos desayunos he tomado; muchos acompañada de buenas compañeras y amigas, pero muchos otros sola, dándome un café que no me revolviera el estómago, tostadas y chupitos de mezclas de zumos de los que casi nunca conseguía adivinar todos sus ingredientes, con su mejor sonrisa y atención haciéndome sentir acompañada en ese ratito de descanso y desconexión del trabajo.
Tampoco puedo olvidarme de mi amenizador de horas punta, ¿os acordáis?, Frank y su trompeta, ¡no sé la cantidad de actuaciones que le habré visto este año!. Debo ser de su público más fiel y entregado. Por todas las canciones que me ha hecho recordar, por las sonrisas que me ha arrancado y los «empujoncitos» que me daba para salir a la calle con la moral bién alta y encarar el día con una sonrisa.
Y a todas esas personas anónimas que se han cruzado en mi camino, del trabajo y fuera de él, que me han hecho la vida más fácil con una sonrisa, sujetándome la puerta, resolviéndome problemas informáticos, enseñándome a poner vientre Pilates, cortándome el pelo y arreglándome las mechas o preguntándome cómo estaba, unas más fugaces en mi vida que otras, pero todas formando parte de este año que se acaba con la fiesta más bonita y emotiva para mí, la Navidad.
El año que viene, espero que mi lista de felicitaciones sea mucho más larga, porque a pesar de todo lo malo que ha traído este año, estoy segura de que siempre encontraré gente buena a mi alrededor a la que agradecer tantos pequeños pero importantes momentos de mi vida.