Carreras mañaneras
Si os digo que el running está de moda, me diréis que menuda novedad. Si os digo que hay mil variedades de ejercicios aeróbicos, seguro que haremos una buena lista y si os digo que yo practico casi todos a diario, pensaréis que escribo bajo el efecto del esmalte de las uñas.
A ver, no es que de pronto me haya convertido en una atleta olímpica es que en mis desplazamientos diarios hago ejercicios propios de muchos deportes como os pasará a muchos de vosotros.
Mi día empieza esquivando y saltando a veces a Lua, la pobre tiene el don de estar en medio de todas partes hecha un ovillito así que mientras ella duerme plácidamente, yo me dedico a mantener los ojos lo suficientemente abiertos para no pisarla y arreglarme esquivándola como puedo.
Salida a la calle, ahí ya me pongo en modo sprint aunque me sobre tiempo. Voy con el coche concentrada como si fuera a ganar una medalla a la mejor y más espabilada conductora del mundo.
En el tren (porque con la huelga que sufrimos mis vecinos y yo, no cojo el bus) «descanso» en un asiento pensado por el enemigo en el que para llegar a apoyar la cabeza en el respaldo acabas contracturado seguro. Estiro las piernas como puedo sin pisar al de en frente y hago estiramientos de cuello muy lentamente para no dar con el pompón del gorro a mi vecina de asiento.
Cuando llego a mi destino las escaleras mecánicas me esperan y entro en modo observador porque no hay cosa más divertida para ver a esas horas que a una masa humana corre que te corre por las escaleras.
Esta entrada podría haberla llamado «Carreras de tacones» pero parecería que dejaba fuera a los chicos y en este caso, son los que dan más juego.
Salimos por los tornos del tren y ¡comienza la carrera!. La masa humana se apelotona por subir por el lado izquierdo de la escalera. Los chicos que llevan las manos libres parten con ventaja, corren y corren hasta llegar a la salida en un santiamén.
Más rezagados van subiendo los demás. Los de las bolsas de comida, los de las bolsas de deporte, los de los móviles en la mano. Todos ellos van a la carrera y haciendo «pesas» con las bolsas. Practican también el esquivar al de al lado o «uy que te meto la bolsa de deporte en el ojo» porque muchos de ellos entran en modo «soy primitivo y llevo la bolsa apoyada en el hombro como si cargara un ciervo para alimentar al poblado». Los genes, que tiran mucho.
A veces hago apuestas conmigo misma a las carreras. Eliges a dos corredores de escaleras, ¿listos?…¡ya!…No creais que gano siempre porque una respiración más pausada puede hacer que pierdas el ritmo y se te cuele otro corredor que desbarate tus planes.
Hoy de las chicas no digo nada.
Espero que os sirva como diversión mañanera como a mí.