Vamos de excursión

Esta semana los niños se iban de excursión. Su primera excursión de fin de curso. Dos noches durmiendo fuera de casa. Lo normal, pensaréis, lo que hemos hecho toda la vida, al final de algunos cursos se organizaba una excursión de varios días fuera de casa. Lo sé, pero como la normalidad se fue hace más de 2 años con la pandemia y aún seguimos tratando de recuperarnos, no sé si el tono de «se van de excursión» sería de emoción o de susto. Vamos a dejarlo en emoción contenida.

Esa emoción de madre reteniendo la respiración porque ve que su hijo empieza a caminar con un año más o menos y va peligrosamente inclinado hacia el pico de la mesa. O de esa otra que hasta que no suena el telefonillo de casa y aparece el niño o la niña a las 10 de la noche, sano y salvo no es capaz de pasar ni un currusco de pan. Y ya si en vez de a las 10 aparece a las 6 de la mañana tal y como se fue, ahí si que la mamá se ha ganado un premio a la madre del año porque a pesar de dar mil cabezadas, no ha llegado a dormirse más de 5 minutos.

Total, que así estaba yo, debatiéndome entre el deseo de que cayera un meteorito en el lugar de la excursión y se cancelara y preparando lo que tenían que llevarse con un nudo en el estómago.

Como lo del meteorito no tenía pinta de pasar, me centré en el mantra «todo va a salir bien y lo van a pasar bomba» y creo que si lo repites tropecientas veces, se cumple.

Con toda la preparación del viaje me acordé de mis viajes cuando estaba en el colegio. No es que fueran muchos de dormir fuera pero si que los viví con mucha intensidad. El de 8º de EGB fue a Ayamonte, creo, recuerdo los mosquitos, agotadores y un día que entramos a Portugal al reino de las toallas, las mantelerías, ropa por todas partes a un precio más barato que en España y los recuerdos de Portugal con forma de gallo, geniales.

Otra historia fue cuando en 3º de BUP me fuí a Roma con un grupo de compañeras del colegio. Imaginaros, Jaén-Roma en autobús, con paradas para desayunar en Valencia, comida en La Junquera y cena en la costa azul, noche en el bus y parada en Florencia antes de llegar a Roma. Compañeras durmiendo en el pasillo del autobús, impensable ahora que hay que ir con cinturón de seguridad pero es que hablamos de principios de los años 90 y muchas cosa eran distintas. Nos alojamos en Casa Kolbe, una residencia que llevaban unos mojes con los que de vez en cuando coincidíamos por algún pasillo, en silencio, en contraste con las ruidosas españolas que iban a pasar la Semana Santa en Roma y a participar en el UNIV, unas jornadas para universitarios de todo el mundo, donde unas cuantas de mi clase y yo nos colamos aún no siendo universitarias y en las que el plato fuerte era una audiencia con el Papa, por entonces, Juan Pablo II. Pasar 2 horas con el Papa, solo para nosotros, viéndole reir con las actuaciones que algunos habían preparado y siguiendo las canciones con la cabeza fue lo más alucinante. Y Roma a reventar de gente por todas partes, en los oficios de cualquier iglesia, en la plaza de San Pedro, visitando el Foro…Desde ese viaje, Roma siempre será especial para mí.

También recuerdo un par de veranos que estuve de convivencia en un colegio hermano del mío a las afueras de Marbella. Niñas de varias provincias andaluzas concentradas 10 días para pasarlo bomba y hacer nuevas amistades. Tan unidas estábamos que una de las veces, en mi habitación cogimos piojos y nos tuvieron que aislar para no contagiar al resto. Recuerdo la peste a vinagre en el pelo, las bandejas de comida que nos llevaban. Y las fiestas que montaban en un chalet cercano al colegio, que era de unos árabes, todas las noches, la música y hasta fuegos artificiales, chulísimo aunque no había quien durmiera.

Recordando todo esto, me ha servido para medio relajarme y darme cuenta de que lo normal es que haya excursiones. Que se duerma fuera, se conviva y se pase genial. Es ley de vida y así debe ser aunque cueste admitir que poco a poco me quedo sin niños y llegan otras etapas que deben disfrutar igual que cuando me tocó a mí pero lo que cuesta, cachis.

2 comentarios

  1. Anónimo · May 26, 2022

    Me encanta!!!!🥰

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