Brrrrrr, al próximo que me diga que es fantástico que llueva, ¡le vacío el agua que llevo dentro del zapato en la cabeza!
Vale ya de buenismo meteorológico (Uff, parezco la Fiscal Olga Sánchez del Juicio del 11M, alias «Vale ya» para mi locutor de radio favorito).
En este mundo caótico donde un 30% de probabilidades de lluvia se traduce en una tromba de agua y las nubes en realidad, significan sol y alguna nube perdida, yo me planto.
Da igual donde consulte el tiempo que es un carrusel de locuras y emociones a prueba de infartos donde si aciertan te hace tanta ilusión como que te toque el reintegro de la Primitiva.
¡Qué vuelva Mariano Medina! Ese sí que era un señor serio y en cuanto salía te mandaban quedarte calladito porque era Don Mariano.
Ahora jugamos a ver si coincide alguna previsión del tiempo vía móvil, ordenador o tele, aunque pensándolo mejor, más que en el tiempo, el respetable se fija en lo corto del vestido de la locutora o en la altura que tendrán los tacones que le han plantado.
Pero yo me quedo con un chico que da el tiempo en el canal 24 Horas. No sé si los días de diario también saldrá en La Primera pero yo le veo las mañanas de los sábados y los domingos formando parte de ese día de la marmota en que consisten las Telenoticias desde las 8 o las 9 de la mañana mientras trasteamos y desayunamos. De pronto llega el espacio del Tiempo y ahí está él con su traje de chaqueta «ajustadito». Empieza con el botón de la chaqueta cerrado hasta que un segundo después mientras habla y se estira para marcar Galicia o Baleares, pum, ya la lleva abierta.
Pensaréis que me he vuelto loca pero como a esas horas las noticias son en bucle, lo cual debe ser agotador para las locutoras, en una hora puedes verle desabrocharse la chaqueta 4 o 5 veces. Dan ganas de darle una colleja y decirle que se deje quieto el botoncito pero como no se enteraría pues acabo farfullando conmigo misma, bien porque esté sola o porque mi tribu aún no acierta a decir nada más que un «hola» al cuello de su camisa.
Así que estoy por ir a recoger a los niños en barca o en lancha motora para ilusión de mis hijos.
Y del pelo, ¿qué me decís?
¡Arriba las ondas o el pelo chafado!
Y que Dios reparta suerte…¡Va por ustedes!
El Zen, lo perdí en un charco.
Jajaja, venga, ánimo. Verás qué bonito se pone el campo y se llenan los embalses. Por ver el lado positivo.
Creo que sé quién es el de la chaqueta apretá
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Gracias Paloma por tus ánimos!.
Que yo soy pro agua pero de noche, please!.
Solo me acuerdo de que se llama Martín, y hasta aquí puedo leer….jajaja.
Un beso
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