Hace unos días a través de Twitter descubrí una noticia en el periódico La Vanguardia en la que se hacían eco de una nueva aplicación para móviles y tabletas que por ahora solo funciona en dispositivos de Apple ( disponible gratis en la App Store) pero en breve llegará también a los de Android.
La aplicación se llama I SEA APP. Creada por una ONG de Malta (MOAS, http://www.moas.eu) que se dedica a ayudar y a salvar la vida de los inmigrantes que en pateras, barcas, botes y todo tipo de embarcaciones, se lanzan a la aventura de cruzar el Mediterráneo.
La aplicación utiliza imágenes de satélite del mar y las divide en millones de pequeñas porciones que son asignadas a cada usuario. De esta manera, cada uno puede fijarse en un área concreta en busca de embarcaciones con inmigrantes y en el caso de detectar una posible patera, enviar una alerta a MOAS, que analizará la imagen y si es necesario pondrá en marcha una operación de rescate.
Después de leer el artículo y empaparme de la web de MOAS, me la descargué, y una vez buscadas las coordenadas en Google, sé que más o menos mi zona asignada está enfrente de la costa de Libia.
A pesar de lo pequeñitas que son las imágenes, no puedo evitar sentirme responsable de mi tarea, así que ando «enganchada» a mi pequeño trocito del Mediterráneo en busca de algo que pueda parecer una embarcación.
¿Qué horas serán las mejores para lanzarse a una travesía así?. Junto a las coordenadas aparece el estado del tiempo y la temperatura (24º por la noche).
Intento ponerme en la piel de esa pobre gente y pienso que salir de madrugada sería lo mejor aunque inevitablemente el sol cayéndoles de plano debe ser horrible a cualquier hora. ¿Y si salen por la noche?, noche cerrada en el mar con las corrientes y ese rún rún de las olas, me moriría de miedo.
¿Y qué es lo que veo?, pues zonas azules en tonos más claros y más oscuros, puntitos blancos y negros…Difícil reconocer si pueden significar algo. Algunas noches le pido opinión a Carlos que enfrascado en la lectura, mira y remira el puntito sospechoso…
He mandado alguna alerta aunque no sé si sería algo real o solo una mancha más del fondo del mar…
Puede sonar a «postureo» o «buenismo», pero me siento moralmente responsable de que ya que no puedo contribuir económicamente a esta iniciativa, lo que sí puedo es dedicar unos minutos de mi día a «vigilar» mi cuadrante poniendo toda la fe y la esperanza en que desde mi casa pueda ayudar mínimamente a que las personas que pierden la vida en estos viajes tan a la desesperada, disminuyan.
Un dato para reflexionar, según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), en 2015 murieron 3.771 personas al intentar cruzar el Mediterráneo mientras huían de guerras, conflictos o persecución, en sus países de origen.
En fin, me pongo la gorra marinera y sigo buscando pateras de esperanza…
Buenas noches.