La tostada

Esta mañana mientras preparaba los desayunos, me planteé la siguiente cuestión, ¿qué puede significar que a una tostada de pan y aceite, le pongas una capa de mantequilla? Que estás dormida, pensaréis algunos.

Pero, ¿y si la tostada de mante-aceite significara otra cosa? Podría ser que estuviera mandándome una señal desde el más allá de las tostadas, logicamente. En fin, no pensaréis que se tienen contactos con seres de otra dimensión a las 7h de la mañana. Quizás quería decirme que tenía que engrasar mi vida porque desde luego grasa tenía un montón. Quizá ese dibujo que dejaba intuir la capa de grasa me estaba invitando a relajarme y entrar en la rueda del día suavemente sin ir agobiada porque los semáforos para llegar al cole se pongan en rojo, o porque un día más, no haya sitio para aparcar el coche en el cole. Es decir, como dice esa expresión mejicana que me rechifla, «Ahorita».

La verdad es que esa profundidad de pensamiento tan temprano es extraña, así que cuando ya me planté delante del espejo para arreglarme y al cepillarme el pelo me volvió a la cabeza la idea de la grasaza de la tostada, ahí si que lo ví claro, » ¡Rupert, te necesito!», dirían las de otra época haciendo una llamada de socorro a su peluquero, u «Oh my God» , que dirían las más modernas, mientras la foto de su melena invade las redes sociales del mundo mundial y una legión de «expertas» te asesoran sobre tu largo, color, hidratación y canas sí, canas no, en lo que tardas en tomarte el café con una tostada. Lo que la tostada puede estar queriéndome decir es que necesito un cambio, de pelo, de actitud mañanera, de coche o de vida.

En fin, que cada uno se aplique esta señal del más acá, según lo que le provoque la foto que incluyo y sigan fluyendo por el mundo con gracia y elegancia.

Hasta pronto y gracias por seguir ahí.

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Lunes de Pascua

Lo que podría ser un lunes de vuelta a la rutina después de unas buenas vacaciones, duro pero ilusionante, para mí está siendo un día peculiar, agotador y fastidioso.

En Madrid no empieza el cole hasta el miércoles así que mis niños están encantados de seguir en ese estado de locura y diversión que dura ya no sé cuántos días. Tanto aire de Sierra Mágina, tanto sol y tanta excursión han conseguido que se recuperen de los virus pasados y estén tan súper vitaminados que rozan la hiperactividad. Recargan las pilas con tanta facilidad que solo me falta llevarles a correr un maratón a ver si así se agotan, pobres seños, no sé cómo les van a mantener sentaditos y calladitos el miércoles.

Yo me había cogido este día de vacaciones para organizar la casa y disfrutar con los niños pero no contaba con que los planes iban a ser tan diferentes.

Ya sabéis que hace unos días me dediqué a acoger virus, conseguí echarlos justo para los días importantes de Semana Santa pudiendo disfrutar con la familia de la tranquilidad y el buen tiempo que ha hecho en Bélmez de la Moraleda. Volvimos todos felices, unos más relajados que otros, listos para empezar el nuevo tirón del cole, el trabajo y las rutinas, pero como no todo puede ser perfecto, hoy, un nuevo virus ha venido a visitarme.

En esta situación desesperante, no todo es malo, y por suerte, mi madre ya está ocupándose de toda la intendencia mientras yo estoy en aislamiento con mi nueva «amiga», la gastroenteritis.

¿Cómo la he cogido?, eso me gustaría saber a mí. El caso es que ha venido a ayudarme a hacerme una limpieza de todos los excesos alimenticios de estos días. Ya sé que en el fondo, fondo, debería sentirme afortunada porque, ¿cuándo podréis quitaros vosotros esos 2 kilitos que habéis cogido con tanta cervecita y tanta torrija?, pues yo ya estoy libre de impurezas aunque mi «amiga» no lo tiene del todo claro y pretende que siga desprendiéndome de lo que quede de Navidad o de no sé cuándo.

Así que, el fin de fiesta está siendo sorprendente. No pensaba que lo pasaría agarrada a una botella de Aquarius, pero de lo que no hay duda es de que «la pascua», no me la pierdo, de éso ya se encarga mi «amiga».

En fin, espero que vuestra Pascua sea mucho mejor que la mía y empezéis esta nueva etapa renovados y con fuerzas.

Yo conseguiré resurgir y no sé, tendré que cambiar la cerradura para que no se me cuelen más visitas no deseadas.