Caretas fuera, ¡libérate!

image

Repasando el primer post que escribí sobre mí y mis intenciones creando este Blog, me he dado cuenta de que sin proponérmelo se ha convertido en ciertos momentos en escritos de ayuda, auto ayuda, superación…No me atrevo a llamarlo coaching por respeto a uno estupendo que sigo en su blog y que sí que lo es y al que no me acerco ni a la suela del zapato (va por tí Luis: https://luisjuli2.wordpress.com/).

No sé si a ti te habrá servido o lo habrás percibido así pero a mí, me ha servido para expresar, compartir y darle voz a muchos pensamientos que nunca pensé haberme atrevido a hacerlos públicos tanto personales como de denuncia social.

Se que han sido temas que muchos no habríais sacado a la luz, que pensáis que pertenecen a esa esfera privada, cerrada herméticamente donde nadie debería entrar.

Respetando opiniones, me gustaría animaros a compartir vuestras inquietudes, vuestras angustias, vuestras ilusiones porque siento defraudaros pero sé que no sois perfectos. Vuestras imágenes son solo eso, una careta que alimentas y con la que pasas de puntillas por la vida sin implicarte, sin pensar en más, sin darte.

Qué triste, ¿no?.

Seguro que a veces mientras hablas con alguien piensas, «y si le contara…, ¿qué pensaría de mí?».

Uno de los mayores problemas con los que nos enfrentamos quienes hemos pasado por momentos de ansiedad, de estrés, es la falta de comprensión por parte de los demás.

A no ser que alguien cercano a ti lo haya pasado, estas situaciones son injustamente juzgadas porque la realidad es que cuando alguien se entera, le es difícil creer que puedas estar pasando una mala racha e incluso que estés de baja médica cuando ellos te ven sonriente, simpática como siempre, en fin, como si no te pasara nada.

Quizás los médicos deberían escayolarnos un brazo o vendarnos un pie para que ese prójimo desconfiado, irónico e hiriente nos creyera.

Con mi experiencia y los meses pasados en mi bajada a los infiernos particular, he podido comprobar cómo estaba rodeada de muchos Santo Tomás, el apóstol que no creía que Jesús hubiera resucitado hasta no meter el dedo en sus heridas, ese «si no lo veo, no lo creo», que tantas veces decimos.

Ha sido curioso ver cómo ha habido quienes me han preguntado directamente cómo me sentía, los que «huían» por si les contaba mis penas y los que no han sabido interpretar mi «desaparición» de la vida social pensando que les había fallado como tantos otros.

Somos muchos los que hemos pasado experiencias dolorosas con amigos, o con quién en un momento dado creímos que eran importantes para nosotros. Con la edad, te cierras, creas caretas «perfectas» y apenas dejas entrar a nadie por miedo a otro batacazo.

En mi caso, los batacazos no han sido ni más graves ni más importantes que los de cualquier otro, pero a pesar de ellos sigo siendo tan ingenua que vuelvo a tropezar en la misma piedra.

Ojalá tuviera mejor ojo clínico pero debe ser que las mechas rubias me hacen interferencias y sigo creyendo que queda gente buena.

Por eso, me encantaría que por un día practicárais el quitaros la careta. ¿Qué puede pasar?, sinceramente no lo sé, pero ojalá os diérais el gustazo de enfrentaros al día a corazón abierto.

Seguramente, os liberarías de poses, sonrisas forzadas, y os sentiríais más liberados y relajados.

No es que os pida que os tiréis al mar sin saber nadar, pero sí que probéis a ser vosotros mismos. Seguro que os llevaríais muchas sorpresas buenas y no tan buenas pero lo importante es que serías tú, que es lo más apasionante.

Creo que la frase de D. Santiago Ramón y Cajal es perfecta, él era una eminencia, yo solo soy una superviviente con días buenos y días malos pero luchadora.

4 comentarios

  1. luisjuli2 · septiembre 17, 2016

    Eres muy generoso hablando de mi blog!!! Te lo agradezco, pero yo me nutro del tuyo!!! Cada uno tiene su estilo, pero, sin duda, tu blog nos ayuda a muchos. Es bueno para hacernos reflexionar y para enfocar la mirada un poco más allá!!!
    Así que el agradecido por lo que aportas eres tú soy yo!!!
    Nos leemos!!!

    Le gusta a 1 persona

  2. botikaria · septiembre 18, 2016

    Lo que pides sería absolutamente liberador. Pero es cierto que para quitarte la careta, tienes que estar convencido de que habrá cambios en tu vida. Aún así siempre se puede empezar por una pequeña dosis:-) Inspirador tu post.

    Le gusta a 1 persona

    • teaforti · septiembre 18, 2016

      A lo mejor se trata de ir haciéndolo poco a poco, meditando bien con quien serias capaz de ir abriéndote.

      Saludos, me alegra que te haya gustado.

      Bs

      Le gusta a 1 persona

  3. evavill · septiembre 20, 2016

    Creo que si para algo vale el sufrimiento es para hacernos más humanos, más comprensivos y más tolerantes con los otros. Yo, que también he tenido ansiedad, no entendía qué era eso hasta que la padecí. Creo que voy bastante a cara descubierta y no me va mal del todo, al final a todo el mundo le pasan cosas, buenas y malas, y nos parecemos todos bastante más de lo que creemos.
    Me ha gustado mucho tu post, Ana, es sincero y bonito.
    Muchos, muchos besos.

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario